domingo, 10 de julio de 2011

ESTRATEGIAS. LOS DESAFÍOS DE LA COMUNICACIÓN EN UN MUNDO FLUIDO

3.
Un comunicador en el mundo *

Toda relación con una teoría es
pasional. Podemos someternos a
 ella, refugiarnos en ella o hacerla
trabajar, desafiarla.

ALICIA  STOLKINER¹

            ¿Y si asumiéramos que una de las principales tareas de un universitario es esta de echar a andar nuestras propias ideas en el mundo…?
            ¿Y si intentáramos zafar de la reverencia hacia ‹‹la ciencia con mayúsculas, entendida como saber racional preconstruido a la acción, neutro, desprovisto de ideología y de mitos››² y por ende, como un saber que está atrapado en los vericuetos burocráticos de su administración y sacrosanta conservación…?
            ¿Y si apostáramos a construir un proyecto de formación del comunicador asentado en el análisis para la acción, más que el análisis estéril…?
            Esto nos preguntamos los docentes de nuestra Escuela de Comunicación Social al tiempo de reunirnos para esbozar los ejes de una nueva reforma curricular


* Trabajo publicado en Medios y enteros, Año 3, número especial 30años, 1996.
Publicación de la Asociación de Graduados en Comunicación Social y la Escuela de Comunicación social, UNR, Rosario. Trata de los desplazamientos inaugurales en torno a la definición del comunicador social.
1. Stolkiner, A (1987) ‹‹De interdisciplinas e indisciplinas››. En: El niño y la escuela. Nueva Visión. Buenos Aires.
2. Ibídem


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            Entonces un grupo de docentes decidimos proponer como bandera aquello que todo el tiempo el academicismo dejó afuera: las pasiones. Lo hicimos porque un nuevo plan curricular es un proyecto para alcanzar un ideal de futuro, e implica tomar posición, adoptar y defender, poner a funcionar la idea de otro profesional de la comunicación en nuestro mundo. En eso estamos, en plena tarea de repensarlo todo en torno a la comunicación social con la única certeza de buscar algo mejor, más adecuado, más flexible, más fecundo.


Fotografía de una conversación

Esta es sólo mi versión del estado actual de una conversación recurrente en nuestra escuela de los últimos años en torno a la reforma curricular. Para compartirla con ustedes elegí exponer algunos aspectos de este coloquio colectivo, en principio, algunos nudos conceptuales que considero importante considerar en un proyecto de transformación y que implican también reconsideraciones de las reformas hoy dominantes en la práctica institucional de la escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional del Rosario


            De la ciencia poseedora de un objeto y un método a
            los campos conceptuales articulados en prácticas
sociales alrededor de situaciones problemáticas

Tradicionalmente, la comunicación presentó resistencias para dejarse encasillar, para embutirse mansamente y rotularse como disciplina científica, con recorte de un objeto y oficialización de un método. Hoy, las críticas a la ciencia positiva, la recurrente denuncia de sus reduccionismos y de sus efectos reproductores de lo real, nos habilitan para iniciar otro camino, otra forma de hacer ciencia social, una modalidad multi-paradigmática y transdisciplinaria que pretende trabajar desde otro concepto y asumiendo una relación imbricación³ teoría-realidad.



3. Según Néstor García Canclini (1995), imbricación implica coexistencia, interacción, intersección de partes. Es distinta de una operación dialéctica, porque aquí, más que


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Como dice Alicia Stolkiner (1987):

“los problemas no se presentan como objetos, sino como demandas complejas y difusas que dan lugar a prácticas sociales inervadas de contradicciones e imbricadas con cuerpos conceptuales diversos. (…) el análisis de los problemas comunicacionales no puede limitarse a observarlos como compuestos por la superposición o simple agregación de los procesos que tienen lugar en lo económico, lo político y lo social. Se trata más bien de apreciar que los fenómenos ocurren en diferentes escalas de espacio y tiempo y que el análisis para la acción debe centrarse en las articulaciones, extrapolaciones y rupturas”.

Un debate que se torna exponencial a partir de la cibercultura en tanto escenario en el que estallan las categorías tradicionales de la ciencia social. Según Alejandro Piscitelli (2004):

“En definitiva, se trata mucho más de hacer que de decir o de decir para hacer, de conocer en detalle que de criticar a la distancia que solo la impunidad del desconocimiento per-mite, de asombrarse más y quejarse menos, de deslumbrarse menos y de aprovechar mas las infinitas oportunidades que un entorno informativo y comunicacional cambiante como nunca permite…”.4

Para llevar adelante un proyecto como este, necesitamos despegarnos del análisis estéril. Pasar de la crítica a la intervención creativa en los procesos comunicacionales. Ejercer la diferencia entre la crítica y la valoración crítica, abordar los fenómenos comunicacionales a partir del reconocimiento de las marcas de racionalidad en cada situación de comunicacion5. Y en lo que respecta al docente, pensar el aporte que cada




superación, se reconoce un mestizaje, una articulada relación de ritmos que se excluyen para construirse.
4.  A. Piscitelli (2004)
5. Massoni, S.; A. Buschiazzo y M. Mascotti (1994) Atrévase a enseñar. UNR. Rosario. Cátedra Teorías de la Comunicación II. Usamos el concepto de marcas de





                                                                                             
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cátedra puede hacer a la oferta educativa de la escuela en términos de saberes en relación a problemas y no en términos de visiones disciplinares encorsetadas de los problemas solamente. Para ello tenemos que clarificar el proceso de conocimiento y no solo las áreas de conocimiento. Tenemos también que superar aquellas estructuras institucionales que responden a la concepción positivista de la ciencia y a la idea iluminista  de la teoría: la separación entre teóricos y prácticos en las materias de núcleo teórico, la organización por materias teóricas y talleres en el plan de estudios. Tenemos que animarnos y prepararnos para abordar la dimensión comunicativa de lo real integrando diversos saberes.6


De la comunicación pensada sólo en su dimensión informativa a la comunicación como espacio estratégico para generar acción.


“Integrar la dimensión comunicativa implica ante todo, una mirada que rebase la hegemonía de la emisión para centrarse en el otro como otro no como “otro para “(…). Reconocer que en un espacio social conviven múltiples y distintas versiones de lo real. Reconocer que estos mundos de vida permanentemente interactúan y que al hacerlo construyen la dinámica social. Salimos del corset de los mensajes para abordar el espesor de la comunicación”.7


Abordar la dimensión comunicativa como espacio estratégico implica trabajar desde un esquema de investigación acción que se propone como un proyecto de comprensión de la diversidad sociocultural. La tarea de un comunicador al reconocer esta diversidad es indagar los posibles puntos de articulación de las diferencias en función de




racionalidad para hablar de las huellas de la teoría sobre  lo real. Al respecto, ver el texto mencionado: Atrévase a enseñar.

6. Orozco Gómez, G. (1992) “De las disciplinas a los saberes. Hacia una reestructuración de la comunicación desde la academia “. En: AA.VV. (1992) Generación de conocimiento y formación de comunicadores. UNAM-FELAFACS. México.
7. Massoni, S. y M. Mascotti (1995) “El espesor de la comunicación “. En: Revista Medios y Enteros, Año II, N04. Escuela de Comunicación Social .UNR. Rosario.



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Intereses y necesidades de grupos sociales que se reconocen como bien distintos, para operar desde allí en relación a un objetvo.8 Aprovechar la oportunidad que nos abren las teorías de la comunicación y la cultura para concebir a al comunicación social como un espacio estratégico para pensar los bloqueos y contradicciones que dinamizan a la sociedad.



Del periodista y el analista social al comunicador social

No basta con formar profesionales, tenemos que formar comunicadores capaces de adaptarse competitivamente a las variables tecnológicas y a las condiciones cambiantes de los mercados. Desarrollar la oferta de una institución educativa como la universidad y marcar su especificidad por oposición a otras ofertas para desempeñarse en el mismo campo laboral (escuelas técnicas) y en otras profesiones o disciplinas sociales (sociología, antropología, etc.).

Para dar un oficio no hace falta la Universidad. Cualquier persona podría conseguir un oficio trabajando en los medos mismos: La formación debe tener conexión con el campo laboral, sin que esto suponga que sea replica de ese campo. Tenemos que ser capaces de generar una oferta educativa vinculada a los escenarios laborales actuales, pero también a los escenarios laborales posibles.

De la misma manera, la concepción actual de la comunicación cuestiona a la actual estructura por terminalidades. Con esta idea de comunicación, ya no es posible pensar un comunicador para los medios masivos o para las instituciones. Más bien se hace necesaria una formación más integral, que habilite al profesional de la comunicación para correrse de un campo laboral a otro sin dificultades. Como dice el Profesor Daniel Briguet, será como el modelo del futbol total. Un modelo de formación profesional que faculte a los egresados para moverse en distintas aéreas con cierta soltura, un piso básico que cada egresado completara a su voluntad en función de su espacio laboral especifico.




8. Massoni, S. (1990) La comunicación como herramienta estratégica. INTA-UNR. Rosario; también, Massoni, S. y M. Mascotti (1992) <<Diagnostico comunicacional. Entre la desazón de la intemperie y la euforia de la construcción>>. En: AA.VV. (1992) Generación de conocimientos y formación de comunicadores. UNAM-FELAFACS. México.





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En este marco, pensamos al comunicador como un profesional con capacidad de interpelar la dinámica social, y preparado para operar crítica y valorativamente en su dimensión comunicativa. Es un profesional capaz de diseñar una acción de comunicación integrando todo el proceso, desde la idea a la realización, en función de un objetivo. En este sentido, no es mero ejecutor de productos comunicacionales, si no alguien capaz de usar los saberes teóricos como herramientas de trabajo profesional. Es un profesional capaz de repensar la teorización en comunicación. Su investigación es un espacio de experimentación social en el sentido de encuentro con la realdad comunicacional del lo país y de la región; un proyecto de formulación de demandas y diseño de alternativas.

            La especificidad del comunicador es articular prácticas de comunicación y movimientos sociales. El profesional de la comunicación opera en la dinámica social y su formación debería estar organizada en base a desarrollar la creatividad en relación con la oportunidad, y más allá del espacio laboral en el que se desempeñe –en los medios o en las instituciones--, en niveles micro o macro sociales en generar la capacidad de diagnosticar la dimensión comunicativa para reconocer sus racionalidades y poder organizar una estratega de intervención que ponga en juego diversos saberes en función de un objetivo.


























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Bibliografía

GARCIA CANCLINI, N. (1990) Culturas híbridas. Grijalbo. Barcelona.

MASSONI, S. (1990) La comunicación como herramienta estratégica. INTA-UNR. Rosario.

MASSONI, S. Y M. MASCOTTI (1995) <<El espesor de la comunicación>>. En: Revista Medios y Enteros, Año II, Nº 4. Escuela de Comunicación                        Social. UNR. Rosario.
             (1992) <<Diagnostico comunicacional. Entre la desazón de                                                 la intemperie y la euforia de la construcción>>. En: AA.VV. (1992)                  Generación de conocimientos y formación de comunicadores. UNAM-FELAFACS. México.

MASSONI, S., M. MASCOTTI Y A. BUSCHIAZZO (1994) <<Atrévase a enseñar. Repensar la practica educativa en la _Universidad>> Cátedra Teorías de la Comunicación, Escuela de Comunicación Social. UNR Rosario.

OROZCO GÓMEZ, G. (1992) <<De las disciplinas a los saberes. Hacia una reestructu-        ración de la comunicación desde la academia>> En: AA.VV. (1992) Generación de Conocimientos y formación de comunicadores. UNAM-FELAFACS. México.

PISCITELLI, A. (2004) Tecnología, antagonismos sociales y subjetividad explorando las fronteras del dialogo hombre/maquina. Disponible en: www.felafacs.org


STOLKINER, A. (1987) <<De interdisciplinas e indisciplinas>>. En: El niño y la escuela. Nueva Visión. Buenos Aires.

Sandra Massoni

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